Desde el año 2005, la Organización Mundial de Gastroenterología integrada por más de
un centenar de sociedades, impulsó la celebración el 29 de mayo del Día Mundial de la
Salud Digestiva. Cada 29 de mayo comienza una campaña anual de concientización
acerca de una patología o trastorno digestivo cuya importancia, prevalencia, diagnóstico y
manejo sea de especial interés para mejorar los estándares de salud a nivel global. El
tema elegido para este año es la Obesidad.
La Sociedad Uruguaya de Gastroenterología (SGU) que lidera la campaña del Día
Mundial de la Salud Digestiva a nivel nacional, inició sus actividades de difusión y
extensión con la jornada científica del 25 de mayo titulada Obesidad: la pandemia que
lleva más años.
Desde el punto de vista de la composición corporal, la obesidad se define como la
acumulación anormal o excesiva de grasa. Se utiliza el índice de masa corporal (IMC)
como un indicador simple de la relación entre el peso y la talla para identificar el
sobrepeso y la obesidad. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el
cuadrado de su talla en metros (kg/m2). En el caso de los adultos, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) define al sobrepeso con un IMC igual o superior a 25 y la
obesidad cuando es igual o superior a 30. En el caso de niños y adolescentes se toman
en cuenta las desviaciones por encima de la mediana establecida en los patrones de
crecimiento para niños-adolescentes entre 0-19 años por la OMS.
Desde el punto de vista médico, este exceso de grasa corporal es considerado un estado
inflamatorio crónico de bajo grado ya que eleva la producción de citoquinas
proinflamatorias estimulando específicamente cascadas inflamatorias y vías metabólicas,
a través de señales celulares y humorales mediadas por fibroblastos, preadipocitos,
adipocitos y macrófagos propios del tejido graso. Por tal razón, el sobrepeso y la
obesidad configuran un escenario propiocio para el desarrollo de enfermedades que
comparten una base inflamatoria perpetuada y progresivamente degenerativa y/o tumoral.
Cabe destacar que la obesidad es una condición corregible y prevenible, siendo
fundamental la interacción y el esfuerzo desde el colectivo de la salud para minimizar sus
efectos en la población.
Entre los objetivos de la campaña de la SGU se subrayan la sensibilización y
concientización de la población acerca de la incidencia exponencial de obesidad que
viene presentando nuestro país en los últimos años, la importancia de conocer y
controlar los factores de riesgo para frenar el desarrollo de la misma, así como las
enfermedades crónicas no transmisibles estrechamente ligadas a la obesidad, como la
diabetes, las patologías cardiovasculares y las neoplasias, que juntas representan al día
de hoy las primeras causas de muerte a nivel mundial.
Según los últimos informes de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
alimentación y la agricultura) Uruguay se sitúa dentro de los primeros países en cuanto a
índices de prevalencia de sobrepeso u obesidad y tiene la mayor taza de crecimiento de
la patología en la última década comparado a otros países de la región.
El 65% de los uruguayos adultos presenta algún grado de sobrepeso u obesidad, siendo
las mujeres las más afectadas. En cuanto a la población infantil nuestro país presenta las
cifras más altas del continente, donde 4 de cada 10 niños presenta sobrepeso u obesidad.
Entre adolescentes de 13-15 años, 3 de cada 10 tienen sobrepeso u obesidad, con
predominio en las adolescentes.
Este aumento del sobrepeso y la obesidad en Uruguay se ha atribuido a razones
culturales, y no permite que sea percibido como un problema de salud por parte de la
población. Es necesario y en forma urgente incentivar cambios de hábitos en la
alimentación, reforzar los conceptos de alimentación saludable y de la comida hecha en
casa, así como también promover medidas conjuntas de nuestras sociedades científicas y
autoridades de la Salud para favorecer los cambios hacia un consumo alimentario más
saludable para nuestra población.