Día Internacional del Celíaco

El 5 de mayo, se celebra el Día Internacional del Celíaco. La Sociedad de Gastroenterología del Uruguay, adhiere a esta celebración y apoya desde lo científico a todos los celíacos del Uruguay.

La Enfermedad celíaca, es una enfermedad crónica, que se produce en personas genéticamente predispuestas (DQ2, DQ8), en la que se desarrolla una respuesta inmune gatillada por la ingesta de gluten. La consecuencia final, es el desarrollo de atrofia del intestino delgado en una extensión variable y parcheada, pero con un compromiso casi constante del duodeno.

Descrita hace aproximadamente 2000 años, es una enfermedad muy prevalente en la actualidad. Afecta a 1 de cada 100 personas. La prevalencia mundial continúa en aumento, si bien existen claras diferencias étnicas a lo largo de los continentes. Las manifestaciones clásicas al diagnóstico con diarrea malabsortiva, adelgazamiento y alteración del crecimiento, han sido superadas por signos y síntomas tan variados como la anemia ferropénica, la distensión y el dolor abdominal, la constipación, la fatiga crónica, las manifestaciones bucales (cambios del  esmalte dental, aftas bucales), las alteraciones ginecobstétricas (abortos recurrentes), las cefaleas entre otros. Evitar retrasos diagnósticos, conlleva a mejorar la calidad de vida en esta población y disminuye la posibilidad de complicaciones como el desarrollo de neoplasias.

La atrofia vellositaria y la presencia de anticuerpos son esenciales para el diagnóstico en los adultos y deben realizarse en los posible, antes de iniciar la dieta libre de gluten. Los antitransglutaminasa Ig A son la primera línea de tamizaje, con alta sensibilidad y valor predictivo negativo. La dosificación de Ig A es necesaria para descartar el déficit de Ig A, entidad más frecuente en los celíacos que determina falsos negativos de los anticuerpos de tipo IgA. La toma de biopsias mediante endoscopía debe realizarse en número y localización adecuada (2 de bulbo duodenal y 4 de DII) y permite el diagnóstico histológico de atrofia de las vellosidades.

La dieta libre de gluten, es el único tratamiento para esta población. Requiere la adhesión estricta y de por vida, con exclusión del trigo, cebada y centeno de los alimentos. Si bien resulta sencillo para el médico indicarla, genera muchas veces angustia y frustración en los pacientes, por el mayor costo, la dificultad en acceder a alimentos libres de gluten, el temor a la exclusión social entre otros. El trabajo conjunto con licenciadas en nutrición expertas en el manejo de esta población, ha demostrado ser muy importante en las etapas iniciales y en el seguimiento de los celíacos. La ingesta de alimentos libres de gluten, habilitados y debidamente etiquetados y fortificados, es imprescindible para lograr la mejoría clínica, paraclínica y serológica que se da en un plazo de 1 año aproximadamente. La restitución histológica en los adultos puede requerir plazos mayores y no ser total. La falta de respuesta clínica, debe hacernos pensar en varios escenarios: que no se trate de una Enfermedad celíaca, que haya ingesta de gluten (advertida o inadvertida), que exista asociación con otras enfermedades que puedan explicar los síntomas (SII, sobrecrecimiento bacteriano, colitis microscópica, intolerancia a la lactosa o fructosa, etc) o que estemos en presencia de una enfermedad celíaca refractaria o el desarrollo de complicaciones (Linfoma T asociado a enteropatía, adenocarcinoma de delgado).

El gastroenterólogo tiene un rol fundamental en esta enfermedad;  en la perspicacia para el diagnóstico precoz y en la generación de equipos multidisciplinarios para el seguimiento de los celíacos una vez que inician la dieta libre de gluten.